Mis Recuerdos - Estracto

Mis Recuerdos es el primer libro que escribió José Antonio Garcia Alhambra, mi padre, y digo el primero, porque recientemente ha editado un segundo libro, una novela llamada " La Tierra da para todos".

Este libro que aquí presentamos, y como bien indica su título es un libro de recuerdos. Lo escribió en el año 2007, coincidiendo con su 50 aniversario de boda.
Yo que colaboré, en parte, con él para escribirlo, y luego para editarlo, puedo decir que aunque tiene fallos y podría mejorarse, está escrito con el corazón, y por eso es auténtico y sincero.

Este libro fue la primera vez de una labor de esa envergadura para todos los que colaboramos en el, y quizá por eso se dejaron algunas cosas en el tintero, pero es un libro del cual todos nos sentimos orgullosos.

Ahora vamos a presentar un estracto del tercer capítulo, los dos primeros están dedicados a hacer un recorrido histórico y detallar los dos lugares donde paso su niñez, Aranjuéz, donde nació, y Alhambra ( Ciudad Real ) donde pasó su infancia y su adolescencia, y de donde son sus raices.
Es en este tercer capítulo donde empieza a narrar las historias de su pasado, sus vivencias

Mis Recuerdos





“Cada uno es hijo de sus obras”





MIS PRIMEROS AÑOS


Mis padres estaban trabajando en una finca de Aranjuez llamada “Valdeguerra”, esta finca era de un paisano de Alhambra, ahí nací yo y viví durante mis dos primeros años.
Cuando yo nací, mis padres ya tenían una niña llamada Apolonia, a quién siempre hemos llamado “Polo”, dicen que era muy espabilada y que llamaba la atención de lo preciosa que era, ya tenia, mi hermana tres años cuando yo vine al mundo.
Cuentan que al contrario que mi hermana Polo, yo nací muy pequeño, y aunque no decían que era feo, si que “valía muy poquito”.
Una vez acabado el trabajo en la finca, volvimos a Alhambra, y allí transcurrió mi primera infancia.

El primer gran recuerdo que tengo de cuando era niño, fue cuando tenía seis años, cogí una enfermedad que por entonces era bastante frecuente en los niños llamada “Broncomonia”, llegué a estar muy grave, tanto es así que el médico le dijo a mis padres que de aquella noche no saldría.
Esa noche tuve un sueño muy raro, sin duda provocado por la fiebre, el caso es que amanecí, y además con bastante recuperación, les conté a mis padres el extraño sueño que había tenido:
Soñé que había visto pasar un carro tirado por unos caballos, se paraba en la puerta de casa unos segundos y luego continuaba el camino calle arriba.

- ¡He visto a la muerte!, les dije,

- ¡Y la he visto subir por las calles de arriba!*

Todos lo achacaron a las fiebres, pero al cabo de un rato llegó la noticia de que había amanecido muerto un vecino que vivía en las calles de arriba*, este señor, quién lo iba a decir, era el padre de la que años después se convertiría en mi mujer, ella en aquel entonces tenía cuatro años.
Yo no sé si efectivamente fue un sueño o “algo más”, pero siempre lo he tenido muy presente, y quién sabe si la “Divina Providencia” habrá tenido algo que ver, a veces no puedo dejar de pensar, si el instante en el que se paró el carro, en mi sueño, no me quería decir que me dejaba seguir en este mundo, pero que tuviera presente que la descendencia que dejaba la persona que se llevaba, pasaría, con el tiempo, a formar parte inseparable de mi vida, para siempre.

Llegué a estar tan débil después de la enfermedad, que casi tuve que volver a aprender a andar, recuerdo a mi hermana Polo, y a mi prima Modesta, que me llevaban cogido de las manos, y de ir echando un pié y luego otro con paso inestable y vacilante.
Me contaron que unos primos que tenía, Matías y Arcángel, estuvieron todo el tiempo que pasé malo llorando y rezando por que me pusiera bien y no se separaban de la cama donde yo estaba, ellos eran algo mayores que yo, pero estábamos muy unidos.

*Las calles de arriba se conoce en el pueblo el camino que va desde la Plaza hasta el Novio la Manzana

Antes había mucho “amor de familia”, ésta la formábamos todos, hermanos, primos, etc. nos criábamos juntos y éramos todos como hermanos
Esto, actualmente, se está perdiendo, las familias cada vez están mas desunidas, es lo malo que tiene el progreso, que al irse a vivir a las grandes ciudades, tiende a la dispersión y a la lejanía de las familias.
Mi primo Sebastián, que decir de él, siempre me acuerdo, años después, cuando fuimos mayores y en edad de trabajar, como nos buscaba un hueco a mis hermanos y a mí, en la casa de labranza llamada “El Ayozo”, donde él trabajaba de manijero, a mi hermana Polo la llevaba a escardar, que era faena de mujer, y a mi siempre me colocaba de segador, aunque tuviera la cuadrilla completa.

Y como no recordar a mi primo José, lo que nos quería, siempre recuerdo lo bien que cantaba, cuando estábamos segando, lo primero que hacía era ponerse a cantar, y nos hacía mas amenas las duras faenas y las duras jornadas con sus fandangos.
He conseguido recopilar alguno de ellos:

Después de cien años muerto
la tierra me preguntó
que si te había olvidado
y le respondí que no
que te tenía a mi lado


Un niño llamaba a su madre
pensando que estaba dormida
y no sabía el muy inocente
que era sueño de la muerte
y nunca despertaría


Tengo la sangre mas negra
que un cuervo tiene las alas
tanto como yo te quiero y
tan mal como me lo pagas


La pena de un ciego es grande
que no ve por donde va,
pero mayor es la mía
que no se si me querrá
la mujer que yo quería


Un borracho se murió
y dejó en el testamento
que lo enterraran en viña
para chupar del sarmiento


Para que quiero la gloria
si mi gloria eres tú
yo te llevo en mi memoria
tu eres mi vida y mi cruz
y en ti se acabó la historia

Es un homenaje a mi primo José, ya que los cantaba maravillosamente bien, no en balde son creación suya. Murió joven, con 53 años, que Dios lo tenga en su Gloria.

También recuerdo con mucho cariño a mi prima Modesta y al que fue, con el tiempo, su marido Joselito, y como no a mis primos Luís y Matías y a Carmencilla como cariñosamente llamábamos a mi prima Carmen y a su marido José el Herrero, son todas personas de una gran categoría, y todos formábamos una piña.
De todos tengo un gran recuerdo, de los maravillosos años de niñez, y de juventud.

Por entonces ya teníamos otro hermano que se llamaba Gerardo, que nació tres años después de mi, siempre hemos estado muy unidos y siempre hemos estado juntos, tanto de pequeños como de mayores, incluso trabajando, siempre juntos, los dos fuimos a vivir, con el tiempo a Valencia.

Uno de los peores momentos de mi vida fue cuando Gerardo tuvo un desgraciado accidente de coche, estuvo muy grave, yo creí que se me acababa el mundo, pero afortunadamente se recuperó.
Y es que siempre hemos estado el uno para el otro, y sé que el piensa lo mismo.

Posteriormente nació Celedonio, al que llamamos “Cele” que es ocho años menor que yo, desde que nació ha sido el orgullo de la familia por lo bien que se crió y la clase que tiene.

Aún tuvimos dos hermanas más, Teresa nació once años después de mi, y es la simpatía hecha persona, todos la adoramos. María Jesús del Carmen, a quien todos llamamos Carmen, era la pequeña de la familia, nació cuando yo tenía catorce años, era el juguetito de todos, y muy graciosa, todos la queremos mucho.
En total somos seis hermanos, gracias a Dios siempre nos hemos llevado bien, nos hemos querido y apoyado mucho, y espero que siga siendo así por muchos años.